Las teorías sobre la capacidad de la detección de cáncer a través del olfato de los perros se remontan a 1989 , cuando un perro descubrió un melanoma en su amo, ese fue el punto de partida de ciento de estudios basados en la potente capacidad olfativas de los amigos caninos.
Una de las últimas investigaciones al respecto, fue presentada en reunión anual de la
Sociedad Americana de Bioquímica y Biología Molecular
en Orlado, el estudio consistió en colocar a 4 perros entrenados, de la raza Beagle, a olfatear aleatoriamente muestras de sangre pacientes con cáncer de pulmón y de personas sanas.
Los datos arrojados fueron prometedores, en un
96,7% los perros consiguieron rastrear con éxito las muestras sanguíneas contenían la enfermedad
. Esto se logra gracias a que el olfato de los canes tiene la capacidad de detectar una pequeña cantidad de sustancias orgánicas volátiles, que se manifiestan en la sangre en las personas que padecen cáncer.
Aunque este estudio se concentró en la localización de cáncer de pulmón, otras investigaciones obtuvieron datos de detección de células cancerígenas en vejiga, ovarios, mama y próstata, gracias a la nariz única de los perros.
Esta investigación ayudará a establecer protocolos para que esta técnica de detección pueda ser utilizada de forma segura y homologada por las diferentes agencias y asociaciones del sector de la salud.