BUGGY

me abandonaron en Chipiona, donde estuve semanas pidiendo comida en los locales, hasta que una mujer decidió ayudarme y llamar a la protectora.

Soy un perro tranquilo, al que le encantan las caricias. Prefiero la compañía de las personas a las de mis iguales, pero no tengo problemas con ninguno y soy muy sociable.

En casa me porto fenomenal, y la calle me encanta. Siempre me pongo muy contento cuando algún voluntario me lleva de paseo.

Mi pasado fue uno de maltrato, así que me asusto si se me trata con brusquedad. Pero con la ayuda del educador de la protectora, me entenderás de maravilla.